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domingo, 3 de noviembre de 2013

!!! La poda de Frutales...!!!


La poda de los árboles frutales tiene como objetivo facilitar y acelerar su fructificación. Esta modifica las corrientes de savia y la disposición de las ramas. Para los arboles de pepitas, podaremos principalmente en periodo de descanso vegetativo (en invierno, cuando los arboles no tiene hojas), se trata de una poda en seco. Para los arboles de huesos, preferiremos  una poda en verde a finales del verano para permitirle una mejor cicatrización
 
En periodo de vegetación, la savia ascendente (bruta) favorece el desarrollo de las partes superiores de las ramas en detrimento de su base. La savia descendente (elaborada) está cargada de azúcar. Esta se concentra sobre todo en las ramas orientadas hacia abajo.
Si el árbol frutal es demasiado vigoroso, tendrá tendencia a solo fabricar madera y por tanto no fructificara. Al contrario, si el árbol está cubierto de frutas este terminara por morir de agotamiento, porque toda la savia elaborada servirá a alimentar las frutas en detrimento del árbol.

 
Podar un árbol frutal, es por tanto la búsqueda del equilibrio entre el vigor y la productividad de forma que obtengamos una producción optima y perenne.

En los arboles de tallo (o pleno viento) el arraigo es fuerte y el ramaje debe extenderse para obtener frutos. La poda será por tanto moderada durante la juventud del árbol para permitirle desarrollarse correctamente.
 
Hay que contentarse de tener una mejor vegetación de las partes exteriores en relación con el centro, menos expuesta a la luz.
 
Hay que seleccionar las ramas fuertes y difíciles para dar frutos. Hay que podar por encima del brote orientado hacia el exterior. Estas ramas van entonces a dividirse y favorecer las más débiles
.
Se debe de podar moderadamente los 2 o 3 primeros años para terminar la formación empezada en el vivero y luego podaremos cada 5 a 10 años para mantener el árbol.

La primera fructifican consecuente no se dará que hasta unos 5 a 10 años según las especies.
 
En una palabra, hay que buscar siempre el equilibrio en las ramas pero también en el conjunto del árbol:

-Un árbol vigoroso no deberá podarse demasiado.

-Un árbol que languidece o cubierto de frutas deberá podarse más severamente para relanzar la vegetación devolviéndolo su vigor.
 
Los árboles frutales requieren una poda especial para una cosecha abundante. Hay que tomarse su  tiempo para observar bien ese querido manzano, peral o cerezo que una vez más te ha facilitado un lugar a la sombra el pasado verano. Se merece esa atención adicional, porque ha llegado el momento de podarlo. Si sigues estos consejos, el año que viene tendremos un árbol frutal que producirá una abundante cosecha.

Para empezar las tareas de poda, es importante proveerte de los siguientes útiles imprescindibles:

Tijeras de podar
. Los árboles frutales son sensibles a las enfermedades. Unas heridas de poda lisas y limpias impiden la penetración de enfermedades. Esto sólo se puede conseguir trabajando con unas tijeras de podar bien afiladas se recomiendan dos tipos: de una mano y de dos manos.

Serrucho  de podar
. Para las ramas más gruesas hace falta un serrucho de podar bien cortante.

Escalera. Escoge una de mano fuerte (!y segura!).

La poda de árboles frutales difiere en gran medida del resto de podas que desarrollamos en el jardín. El objetivo reside en obtener frutos de calidad, por lo que se trata de una poda necesaria para evitar que haya muchos frutos pequeños de poca calidad, pero si podamos excesivamente la producción de fruta puede ser nula. Por ello, hay que buscar el equilibrio entre crecimiento y fructificación.

La poda y guía de frutales se debe realizar desde el momento de la plantación. Formar frutales cuando ya son grandes es un gran esfuerzo y requiere tiempo y herramientas, mientras que un frutal joven se puede podar y guiar adecuadamente en un momento con unas tijeras de una mano. Debemos fomentar una estructura abierta de ramas que desarrollen a lo ancho, y quitar todas las ramas verticales o chupones, cuya única función es la de quitar vigor al árbol y, por tanto, a los frutos. La posición de una improductiva rama vertical puede cambiarse guiándola a una posición más horizontal, lo que reducirá su ritmo de crecimiento y fomentará la formación de yemas de flor y frutos.

Una vez que se ha dado la estructura al joven frutal, hay que podarlo todos los años quitando la madera improductiva, incrementar la luz que llega al resto de ramas y mantenerlo en el tamaño adecuado. La poda anual mantiene la madera fructífera productiva, y las plantas sanas y vigorosas. Cuando un frutal empieza a fructificar plenamente el crecimiento se ralentiza y, por tanto, la necesidad de poda también. La respuesta de un árbol a un corte de poda depende de dónde se ha hecho el corte.

 La poda de frutales y parras se basa en:

  • Aclaramientos: El aclareo quita ramas completamente, consiguiendo que el resto de ramas se beneficien de la energía remanente creciendo más vigorosamente.
  • Descabezamientos: El descabezamiento nos deja más yemas en cada rama que al crecer crearán una planta más compacta, ramificada y densa.

Partes de un árbol frutal
Entender las diferentes partes de los frutales es imprescindible para podar correctamente. Las yemas de las ramas gozan de una clara diferenciación. La poda correcta consiste en buscar un equilibrio entre frutos y hojas. Unas cuarenta hojas hacen que un fruto tenga suficiente calidad. Para lograrlo deberemos tener en cuenta antes de la poda cuántas yemas de flor y madera tenemos, y por tanto actuaremos en consecuencia buscando el equilibrio.

 
Yema terminal
La yema gorda del final de la rama es la que crece más rápido y vigorosamente. Si la cortamos, las yemas que quedan detrás se activan.

 

Yemas de follaje
Son las yemas triangulares planas del lateral de la rama. Para activar una yema de follaje hay que cortar la rama justo por encima de la yema; así crecerá una rama que producirá hojas.

 
 
Yemas de flor
Son las yemas gordas que darán paso a las flores, y son las primeras que se hinchan en primavera.

 
 
Dardos
Las pequeñas ramas coronadas con yemas de flor que crecen sobre las ramas más viejas. Después de producir las flores y de que recojamos la fruta hay que conservarlas, ya que garantizan la fructificación anual.


Cicatriz estacional
El anillo sobre la rama marca el comienzo del crecimiento después del periodo de reposo.


Las partes del árbol que primeramente hay que eliminar antes de decidir el tipo de poda son:

  • Ramas secas, enfermas, dañadas o rotas.
  • Tocones secos: son trozos de ramas que no tiene brotes y están muertos.
  • Chupones: son ramas que sobresalen mucho del arbusto por su exceso de vigor y no dan fruto.
  • Sierpes: son brotes vigorosos que salen del pie del árbol o de la raíz y se deben eliminar. Son rebrotes del patrón
  • Ramas cruzadas, mal orientadas o que enmarañan la copa. Se trata de dar luz al interior y aireación.

      A estas operaciones se les conoce como poda de limpieza
 
        Chupones en un árbol. Obsérvense las partes a cortar
 
 

En este árbol un chupón es usado como rama en la técnica de poda por formación
Cuándo podar

El mejor momento para podar los frutales es después del período de reposo o dormancia, al final del invierno, antes de la brotación primaveral cuando la savia ascendente ya está hinchando las yemas. En este momento las heridas que se hayan podido producir con la poda cicatrizarán inmediatamente evitando consecuencias no deseadas; se pueden prevenir infecciones aplicando un tratamiento fitosanitario en base a sales de cobre cuya acción  es fungicida/bactericida La poda se puede retrasar hasta una semana después de la floración con un daño mínimo para el frutal.

Otro período en el que podemos podar el frutal es durante el verano y el otoño. En esta época nos limitaremos a pinzar los brotes más vigorosos para provocar la aparición de ramas laterales con menos fuerza y portadoras de yemas de flor.

Si queremos reducir el vigor de un determinado frutal  deberemos podarlo de principios a mediados de agosto. Para obtener frutos de calidad retiraremos las hojas que sombrean el fruto. La poda a finales de otoño y principios de invierno es la menos adecuada ya que las heridas quedarán expuestas hasta finales de invierno, que es cuando empezarán a cicatrizar, lo que puede provocar ataques de hongos y heridas por heladas.

Tipos de poda
Lo primero es distinguir entre los distintos tipo de poda que llevaremos a cabo en nuestros árboles.

Poda de formación: Es la que haremos en los primeros años, incluso antes de que el árbol produzca frutos. Con ella trataremos de que el árbol tenga la forma adecuada y un “esqueleto” fuerte de ramas principales.

En esta imagen podéis ver como se busca a través de la poda que el árbol crezca a partir de 4 ramas principales. Siempre buscaremos que las ramas principales queden a distinta altura y con diferente trayectoria a lo largo de la circunferencia del tronco para que no se molesten.

Es solo un ejemplo, ya que la poda de formación varía según el tipo de árbol. Lo ideal es buscar información sobre el árbol frutal que nos interesa y ver qué tipo de forma es la ideal para esa especie.


Entre los árboles frutales conducidos en tallo, el manzano es una de las especies que se prestan mejor a la cultura bajo esta forma acampanada y hueca.

La forma de vaso no se comercializa a menudo por los viveros. Con unos cortes de podador y un poco de paciencia, obtendrá en 3 o 4 años esta forma ideal para los jardines pequeños. La formación del vaso necesita la preparación de una armadura sobre la cual ataremos las ramas principales o brazos Esta infraestructura de sujeción puede ser temporal y reducirse a simples cercos de madera flexible (avellano) o permanente con una instalación metálica. Estos cercos se espacian unos 50 cm aproximadamente y son sostenidos por piquetes o una armadura plantada en la tierra

Año1

El año de la plantación, podamos  el retoño (árbol de un año sin ramas) a 30 cm de altura, por encima de tres o cuatros ojos para que se provoque la ramificación. A medida que los brotes salgan, los fijamos inclinando oblicuamente y después a la horizontal sobre la armadura.

Año 2
El año siguiente se guardan dos ojos sobre cada rama para obtener las seis u ocho ramas principales o brazos que serán levantadas y explotadas para la fructificación. Las atamos  a medida que crezcan sobre los cercos.

Si la variedad o o el portador del injerto son vigorosos, podemos desdoblar las ramas para obtener los vasos de gran desarrollo de doce a dieciséis ramas.

Año 3
Los años siguientes, los brazos obtenidos deben ser del mismo vigor. Los  levantamos simultáneamente podando por encima del ojo de cara (el brote que les mira) y sobre todo, todos a la misma altura.
No debemos  su altura de más de veinte centímetros cada una para favorecer la aparición de ramificaciones laterales que llevarán la fructificación.

Poda de limpieza: Esta encaminada a retirar del árbol todo lo que le sobra para que este bien aireado y las ramas no se molesten y se quiten luz y fuerza entre sí. Retiraremos chupones, ramas muertas, ramas que se cruzan,… esta poda es necesaria hacerla todos los años con independencia de la especie de árbol frutal.

Poda de fructificación: En los árboles frutales, sobre todo en algunas especies, debemos hacer la poda con cuidado de renovar las ramas que serán las encargadas de dar frutos al año siguiente, asegurándonos una floración constante año tras año.

RESUMEN: En la lámina siguiente se deduce en la poda de un frutal la forma correcta e incorrecta que ha tenerse en cuenta al proceder a su ejecución.

Cuando se poda

La época de poda puede variar mucho según la especie y el clima que haya en nuestra zona. A continuación os damos las mejores épocas de poda dividiendo los árboles en distintos grupos (lo mejor es buscar información individual sobre cada tipo de árbol y la época en la que se poda en tu zona). Ver calendario de poda de frutales incluido en este trabajo.
Frutales de hueso (Melocotón, cerezo, ciruelo, albaricoque,…). La época de poda es en invierno. En zonas con peligro de grandes heladas se deja la poda para finales de invierno. Si nuestra zona tiene inviernos suaves se puede podar a principios sin problema.

Los chupones sin fruto que crezcan con mucha fuerza se pueden retirar en verano sin problemas.

Frutales de pepita (Peral, manzano, membrillo,…)

La poda de los árboles frutales de pepitas debe realizarse siempre en periodo de reposo vegetativo, cuando los árboles ya han perdido todas las hojas. La época ideal suele estar en torno a diciembre-enero variando según las zonas. También hay que tener cuidado con el peligro de heladas en los días posteriores a la poda.


Para el ciruelo y el cerezo valen casi las mismas reglas que para el manzano y el peral. La diferencia consiste en que el ciruelo se poda en el verano y que, al hacerlo, hemos de mantener 3 ó 4 ramas principales en la copa. Si fuera necesario, agrandaremos la distancia entre las ramas, colocando un palito entre ellas como cuña, de modo que no crezcan en vertical una al lado de otra.

Cada dos años, el ciruelo necesita una poda de mantenimiento. Retiraremos sólo las ramas que crezcan en vertical a lo largo del tronco, para que siga habiendo una bonita corona abierta. Podaremos exclusivamente las ramas que impiden el ángulo de luz.

En cuanto al cerezo, éste se desarrolla hasta convertirse en un árbol robusto que enseguida resulta demasiado grande para un huerto de tamaño medio. Si de verdad queremos probar las cerezas, hay que podar el árbol en forma de eje. Para ello:

- No podaremos después de la plantación. Mantendremos la forma de eje a una altura de 2,5 a 3 metros.
- Podaremos el cerezo en agosto, así las heridas se curarán mejor.
- Mantendremos 5 ó 6 ramas principales.
- Las elegiremos de tal manera que las ramas inferiores del tronco también reciban luz.


Podar de viejo a joven
 
También un frutal viejo se puede rejuvenecer. Serraremos del todo las ramas que crecen hacia dentro (y todas las ramas dañadas y enfermas). Al año siguiente, en invierno, les toca el turno a las ramas principales en la copa del árbol. Podaremos todas ellas aproximadamente a la misma longitud. Si esto provoca heridas grandes, utilizaremos entonces un sellante especial en base a ceras para cubrirlas. Si en nuestro  huerto o jardín tienes árboles frutales es necesario aprender a podarlos correctamente ya que la poda es uno de los cuidados más importantes para que los árboles frutales crezcan fuertes y den frutos de mayor calidad.



Espero que vuestro frutales el año que viene den una copiosa producción...y de calidad.

6 comentarios:

  1. Hola, soy de Argentina y me ha encantado unas peras que probé en una casa. Me traje una varas que salieron de la base de la raíz. Se podrá ponerlas en remojo hasta que les salga raíz y pasarlas a la tierra? Será esto posible? Gracias

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  2. Gracias Juan Pacheco, por realizar este trabajo. Soy docente y me ha resultado muy didáctico.¡¡ Muchas Gracias

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  3. Muy interesante y bien explicado. Gracias. Lo he copiado con tu permiso para tenerlo a mano.

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  4. Genial, muy bien Explicado, he tomado nota para próximas podas. Gracias

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  5. muy buen aporte de información!...sólo nos queda la práctica...muchas gracias

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