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jueves, 24 de octubre de 2013

!!! UNA ILUSIÓN...UN JARDÍN...!!!


EL MONASTERIO DE PIEDRA Y SU JARDÍN...

La localidad de Nuévalos pertenece a la Comarca de Calatayud ( España) y está situada a 103 Km. de Zaragoza y 724 metros de altitud. Su término tiene una superficie de 41.8 kilómetros cuadrados y cuenta con una población aproximada de 350 habitantes, a los que se conoce con el gentilicio de novalense. Comprende las entidades de población de Nuévalos y Monasterio de Piedra.

El caserío de Nuévalos se levanta sobre un montículo rocoso dominando la confluencia del Río Piedra y del río Ortiz, coronado por la Torre del Castillo del siglo XIV, torre que se encuentra adosada a la Iglesia de San Julián y Santa Basilisa y que en sus inicios fue una capilla gótica del siglo XVI.

El edificio del ayuntamiento es conocido como la Casa del Obispo, construcción del siglo XVI, y que fue mansión de los priores de la Orden Militar del Santo Sepulcro. En la plaza del Ayuntamiento se encuentran una fuente con la estatua de Mosén Antonio Colás, impulsor del abastecimiento de aguas del pueblo, y un pequeño parque infantil desde el que se domina toda la vega del río Piedra.

En su entorno se levantan la ermita Ermita del Cristo del Valle, Ermita de San Sebastián y la Ermita de Nuestra Señora de los Alvares, pequeña construcción del siglo XVII. Más alejada encontramos la Ermita de los Diegos, de la que sólo quedan las ruinas de un bello templo mudéjar.

Las aguas del Embalse de la Tranquera bañan parte del término municipal y lo convierten en un atractivo turístico siendo muy apropiado para la práctica de deportes acuáticos (esquí acuático, vela, canoas) y para la pesca.

En su término municipal se encuentran el Monasterio de Piedra y el Parque Natural del Monasterio de Piedra, paraje de ensueño formado por un conjunto de cascadas, saltos de agua, lagos y fuentes alimentadas por el Río Piedra, que convierten a este paraje en un verdadero vergel.

 
El Monasterio de Piedra tiene sus orígenes en una fortaleza defensiva de los musulmanes situada en el término de Peralejos. Alfonso II el Casto hizo donación en 1194, tras la reconquista, del término de Peralejos, junto con otros bienes, diezmos y molinos y sobre todo, del castillo de Piedra con todos sus términos y pertenencias, aguas, selvas y tierras cultas e incultas a la Orden del Cister.

 
Un grupo de doce monjes, encabezados por Don Gaufrido de Rocabertí, parte del Monasterio de Poblet el 10 de Mayo de 1194 con la misión de fundar una nueva comunidad en tierras aragonesas para consolidar la fe cristiana. La casa madre de Piedra por tanto es el Monasterio de Poblet.

 
Tardaron 23 años en construir el Monasterio, desde 1195 hasta 1218. La piedra utilizada en su construcción fue extraída de la muralla y del castillo de los árabes. Alfonso II repobló la zona con cristianos venidos de Cataluña, Navarra y Valencia, y que fueron quiénes construyeron el monasterio dirigidos por los monjes.

 
La distribución de la construcción del monasterio aprovechaba al máximo la luz solar: al norte, la iglesia, y su galería de claustro, la panda del mandatum; al oeste las bodegas y cilleros, la panda del trabajo; al sur la cocina, el refectorio y el calefactorio, con la panda del servicio; y al este la sala capitular.

Los monjes vivieron en el monasterio desde 1195 a 1835. En estos 700 años tuvieron que abandonar el Monasterio en tres ocasiones: la primera vez que dejan el Monasterio es en 1808 con la guerra de la Independencia cuando el Monasterio es ocupado por el ejército francés, la segunda es en 1820-1823 durante el trienio liberal y definitivamente en 1835 con la desamortización de Mendizábal, cuando el monasterio pasa a titularidad del estado.

En 1.840, el Estado decide subastar estas propiedades y es cuando, un visionario de nombre Pablo Muntada, industrial catalán, compra el Monasterio y todos los terrenos que lo rodeaban (alrededor de 1.800 hectáreas) por unos 1.250.000 reales. Uno de sus descendientes Don Juan Federico Muntadas Jornet, decidió mudarse a estas instalaciones y acondicionarlo como vivienda propia y como lugar turístico. Don Juan Federico Muntadas Jornet, visionario ecológico, Fundador y Artífice del Parque y fiel creedor de un modelo de turismo sostenible.

 
Juan Federico Muntadas Jornet nació en Barcelona en 1826, donde pasó su infancia y primera juventud hasta que se marchó a Madrid, donde cursó estudios en la Universidad Literaria de Madrid, y obtuvo el título de Licenciado en Filosofía, en la sección de Literatura, y el grado de Doctor en Letras, sección de Literatura en 1849, y en la Facultad de Jurisprudencia, recibiendo la investidura del grado de Licenciado en la Facultad de Jurisprudencia de Madrid en 1855.

Continuó viviendo en Madrid, y fue elegido diputado a Cortes en la legislatura de 1858 por Igualada, luego por Mataró, y, en la legislatura de 1863, por Valls hasta 1864, fecha en la que se retiró de la política activa, una vez ya casado en junio de 1863 con su prima María del Carmen Muntadas Mariñosa.

 
Entonces se trasladó a vivir a Zaragoza, y comenzó a retirarse largas temporadas al Monasterio de Piedra, que había heredado de su padre Pablo Muntadas, donde se dedicó a fomentar el turismo y la visita del monasterio, del parque, del vergel y del jardín, y a sus actividades como piscicultor y a la explotación agrícola y ganadera de sus tierras.

 
Buena parte de culpa del éxito de este parque la tuvo Juan Federico Muntadas Jornet, enamorado del entorno de un monasterio que por los tiempos en los que vivió, mediados el siglo XIX, caminaba con paso firme hacia una desaparición esbozada por la invasión napoleónica (1808), el Trienio Liberal (1820-1823) y la Desamortización de Mendizábal (1835), tres momentos en los que los monjes tuvieron que abandonarlo para hacerlo de forma definitiva en el último. La Desamortización, especialmente, se cebó con el recinto y aún hoy pueden contemplarse los resultados en la antigua iglesia, ruinosa, destechada, con sus imágenes decapitadas y privadas de sus manos. Se intuye grandeza en sus acabados. Una pintada, “Templo destruido y sus imágenes mutiladas durante el tiempo que medió entre la revolución de 1835 y el año 1840, cuando pasó a propiedad privada”, avisa del porqué de ese estado. Fue Muntadas en el que recuperó un recinto que con motivo de esa desamortización había adquirido su padre, don Pablo Muntadas, en el primer tercio del siglo XIX. Se interesó por la plantación de árboles, facilitó la creación de rutas, implantó de las primeras piscifactorías del Estado (1867) y descubrió la llamada Ruta Iris, un maravilloso descenso a los infiernos en el que la retina, incrédula, no puede dejar de asombrarse ante la grandeza de esa caída de agua de unos 50 metros a la que llaman Cola del caballo.

Transformó el lugar hasta convertirlo en un jardín paisajista, pintoresco y sublime, adaptado al terreno abrupto y majestuoso en donde el agua es su principal protagonista, poniendo en valor escenas naturales y puntos paisajistas e introduciendo elementos, materiales y conceptos propios de la jardinería del siglo XIX que seguían las tendencias de los jardines paisajistas ingleses. Incluyó un establecimiento de aguas mineromedicinales, que explotó durante algunos años un manantial que descubrió y que fue finalmente clausurado, y un centro de piscifactoría que continúa en plena actividad. Se encuentra declarado desde 1945 como Paraje Pintoresco y desde 1983 como monumento histórico-artístico de carácter nacional.

 
El monasterio se desarrolla en cuatro estilos arquitectónicos diferentes: el original de estilo románico (Siglo XII), gótico (Siglo XIII), el gótico renacentista (Siglo XVI) y una última época clasicista barroca (Siglos XVII-XVIII).

El claustro gótico cisterciense fue construido en el siglo XII siguiendo la estructura definida por sus antecesores benedictinos: Planta cuadrada, Patio o jardín central, Cuatro pandas o galerías que rodean el patio central (panda del capítulo, panda de la cilla, panda del refectorio y panda del mandatum), Dependencias monásticas alrededor.

La sala capitular es un espacio cuadrado que se abre al claustro mediante un número impar de vanos, siendo el central la puerta de acceso a la estancia. La sala presenta bóveda gótica con arcos apuntados y está compartimentada por cuatro columnas pintadas con colores vegetales.

El altar fue levantado en el siglo XVIII en estilo barroco. La imagen central del altar representa a San Benito de Nursia, fundador de la orden benedictina.

La iglesia es de grandes dimensiones. No tiene bóveda ya que se derrumbó al quedarse el Monasterio abandonado después desamortización de Mendizábal. En el momento de su construcción fue una bóveda octopartita, típica construcción de los monasterios castellanos. Está formada por tres naves longitudinales y dos transversales, en forma de cruz latina. Un amplio trasepto y cabecera con capillas. En la cripta se encuentran enterrados desde 1617 los abades del monasterio. En el altar mayor de la iglesia se observan todos los estilos arquitectónicos en los que está construido el monasterio: todas las columnas hasta el capitel de estilo románico y desde éste hasta que se unen los arcos de estilo gótico. Uno de los vanos del altar tiene una celosía de estilo mudéjar. Las capillas que hay a ambos lados del altar mayor o ábside central eran las capillas que los monjes utilizaban para su oración personal.

 
Al lado derecho se encuentra el campanario, construido sobre trompas en forma de arcos que sobresalen en altura.

La torre es de estilo mudéjar y está construida en ladrillo. Las trompas que forman la base del campanario están construidas en piedra sillar, el resto en ladrillo.

La cilla era la bodega y el granero monacal dónde se guardaban las provisiones del monasterio. Es un edificio de planta rectangular, con dos alturas. La estancia estaba abovedada y para su construcción se empleaban materiales pobres: adobe, muros de mampostería y vanos reforzados de cal y canto.

En la actualidad alberga la exposición de aparejos agrícolas y alimentación titulada ´et labora´, no sólo de oración vive el monje. Hay que destacar las neveras o fresqueras, huecos de tres y seis metros de altura, dónde los monjes prensaban paja con nieve para conservar la sala fresca y mantener sus víveres.

 
La cilla alberga también el Museo del Vino de la D. O. de Calatayud, con tres salas que son el hilo conductor del museo:

El vino como ciencia. Podemos ver el proceso tradicional de elaboración del vino, el proceso empleado en la actualidad en esta D.O. de Aragón y el trabajo de la vid en las cuatro estaciones.

El vino como cultura. Mediante imágenes y sonidos nos muestra la importancia del vino en distintos aspectos de la cultura.

 
El vino y la calidad-Calatayud. Distintos aspectos históricos, geográficos, etc. De la elaboración de vinos en la comarca de Calatayud.

En el siglo XII había un gran fogón en el centro de la cocina, de ahí el ennegrecimiento de sus bóvedas y paredes, así como la construcción de los respiraderos en sus muros.

Esta cocina fue el primer lugar de Europa donde se cocinó el chocolate. Un monje Cisterciense Fray Jerónimo de Aguilar viajo a América con Hernán Cortes y en 1535 trajo unos sacos de cacao como regalo al Abad de este Monasterio, con el que fabricaron un chocolate amargo.

 
El comedor de los monjes es una sala enorme situada al lado de la cocina. Tiene planta cuadrangular y una bóveda sexpartita que le confiere una gran acústica. La sala fue forrada con yeso en el siglo XVIII, como prevención ante la enfermedad de la peste negra que amenazó Europa, cuando se cubrieron los edificios de cal mezclada con arena, pensando que así se limpiaban de la peste.

A mano derecha encontramos el púlpito dónde se situaba el Hermano Lector Semanero. Debajo de la vidriera se situaba una mesa en forma de U donde comían los monjes. La ventana situada encima de la puerta daba a las galerías de las antiguas celdas de los monjes, tiene un vano con celosía bizantina que representa un jarrón con una flor de lis, símbolo de la Virgen María.

Aquí se encuentra expuesta una copia del Tríptico–Relicario del Monasterio de Piedra realizado en el año 1.390, precioso y excepcional mueble litúrgico fruto de la carpintería gótico mudéjar destinado a exhibir la reliquia del Santo Misterio de Cimballa.

El calefactorio es una sala con una gran columna neoclásica en el centro, que se utilizaba para calentarse los monjes en invierno. Era una habitación caliente provista de gloria en la parte de abajo dónde se quemaba paja y madera para calentar el suelo.

El río Piedra nace de la unión de una multitud de barrancos en las proximidades de Molina de Aragón en la provincia de Guadalajara, muy cerca de Embid de Ariza. Tiene una longitud de 66 Km. Al entrar en la provincia de Zaragoza, a su paso por Torralba de los Frailes y Aldehuela de Liestos, excava unos bellos cañones y cortados en la roca caliza conocidos como las Hoces del Piedra. Recibe por su margen derecha al río Ortiz previo a su confluencia con el río Mesa, con quien conforma un caudal único hasta desembocar en el Río Jalón cerca de Ateca.


El río ha labrado su valle en un roquedo muy variado, los cañones más vistosos se han excavado en calizas, pero también abundan las pizarras como las que observamos en su tramo bajo y en el entorno del Embalse de la Tranquera en Nuévalos. Crio abundantes truchas y anguilas, no en vano la primera piscifactoría de España se construyó en el Piedra. También eran abundantes los cangrejos de río, que actualmente han sido suplantados por el cangrejo americano que llega desde el Embalse de la Tranquera. Se decía de este río que petrifica cualquier madero formando figuras de bella escultura con bonitos relieves, a esta particularidad debe sin duda su nombre. En su cauce se encuentra ubicado el Parque Natural del Monasterio de Piedra. Aquí el río forma un sistema de cascadas y cuevas por las que se ha acondicionado la visita y acoge el conjunto monumental del antiguo monasterio cisterciense y el magnífico parque natural que lo rodea.


El Parque Natural del Monasterio de Piedra se esconde en las sierras más escarpadas del Sistema Ibérico, agrupando un entorno paisajístico insólito en la Península, rodeado de cascadas y saltos de agua espectaculares, y grupo de cavernas por las que se puede pasear. Un lugar paradisíaco que se recorre en dos horas y media y que permite disfrutar de un paraje natural sin precedentes.

El recorrido se inicia en la Plaza de San Martín, bordeando el hotel se llega a las Cuatro Calles que nos llevan al Mirador de la Cola de Caballo, a la Gruta Iris, a la espectacular Cola de Caballo, salto de agua de 90 metros de altura que esconde a la gruta Iris, y que ha dado lugar a una impresionante gruta natural y la Piscifactoría.

 
A continuación se pasa por la Peña de Diablo, el Lago del Espejo, otro paraje de ensueño que reúne en torno a una laguna de aguas cristalinas la más variada flora y fauna acuática, Los Chorreadores, la impresionante Cascada Iris, el Baño de Diana, el Lago de Los Patos, La Cascada Trinidad, Cascada La Caprichosa y La Gruta del Artista.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Por una escalera, tallada en roca, se asciende al Parque de Pradilla, La Caprichosa, la Cascada de los Fresnos y se retoma a la Cascada Iris.



La zona está rodeada de bosques de ribera, en torno a los alrededores del Río Piedra, en uno de los ecosistemas de mayor riqueza biológica, donde se encuentran muchas especies de animales y plantas en un espacio relativamente reducido. Sobre este cauce de agua se vertebra todo el ecosistema del parque. En las márgenes de ríos, arroyos y zonas húmedas se desarrollan especies como el aliso, chopo, fresno o el olmo. Otras especies arbóreas rodean las riberas, como olmos, nogales y arces.
 
Un gran Jardín realizado con Gran Ilusión... Continuamos con la Ruta por este explendido jardín en el siguiente articulo...

 

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